martes, 19 de febrero de 2013

Los vacíos también pesan.


Con quien me confieso es con la almohada, agonizando entre tus cuatro paredes, queriendo huir por el techo... y no alcanzo ni al altillo del armario pa' sacar la caja vieja con toda la mierda de antaño y ponerla a arder.
Al borde de la cama, acabando en el suelo, el rímel corrido, las lágrimas parecen ácido a estas alturas...
Sigo gritando aunque ni yo me escuche ya. Rutinas. Y pensar que de los de antes sólo quedamos mi vieja y yo... ' Para siempre' es una mentira universal.
En la primera hostia que te llevas, la segunda está buscando ya la otra mejilla aunque tú no quieras.
Llevo a cuestas la mochila de los sueños rotos, de los que ya no están, de los que se fueron porque quisieron, de las despedidas amargas, de aquel último beso triste, de las primeras veces que ya no volverán y... a ti llevo en el pecho, clavado y astillado bien adentro.
Quiero apagar lo triste y encenderme las sonrisas. Quiero acabar con lo que me muerde por dentro.

Otro día a la mochila es más peso sobre mis hombros. Ya no relucen ni mi sonrisa, ni mis ojos. Escribiendo la carta sin remitente por falta de huevos; demasiadas verdades juntas, siéndome sincero. No es oro todo lo que reluce; lo aprendí hace tiempo... a veces querer enderezarme es como mear contra el viento. Me siento el nuevo de la clase; todas las miradas en mi nuca disparando flashes, putas hablándome sobre fidelidad...todos locos. Beso unos labios cada noche que saben a poco, toco una piel áspera, fría... como muerta. Acostumbrado a tener que bailar siempre bajo la tormenta, añoro hipotecar mi vida por tus pechos, tu ombligo era un buen lecho o nicho; según el día... Pasar páginas hasta acabar el libro, sentirme libre en armonía con to' la mierda que nos rodea.

https://www.youtube.com/watch?v=K4SHERuNQUw