sábado, 14 de junio de 2014

Nadie.

Si hay algo realmente triste es que ya no le escribo a "nadie"; ni a la ausencia. No busco condolencias... soy un cobarde. El mismo que se dejó marchar de si mismo por no aguantar sus cataratas. Llevaba muy mal estar enfrente de un abismo con nombres y apellidos... prefiero un cautiverio autoinflingido. Nena, ya he subido y como que abajo es todo más divertido. Siento el impacto del último tiro. Llegué al final del laberinto y me dí la vuelta, pero las migas de pan se las han comido mis demonios y todo aquello que me callo vuelve a golpear de frente y en el suelo agonizando... no se encajan golpes. No hay manera, este frío quema. ¿Y qué manos van a colocar la tirita si la herida se expande como la gangrena?, ¿y cómo te llamo si aquí no queda aire?...si fuimos pero somos "nadie."

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